sábado, 23 de marzo de 2013

Pecado divino.

María Magdalena unge los pies desnudos de Jesús con perfume fresco de azafrán, sus delicadas manos masajean con esmero cada punto sensorial, aliviando el cansancio que su amado acumula tras el largo día.

Jesús cierra los ojos, inclina su cabeza y manifiesta sin reparo su gozo exhalando profundos suspiros.
Magdalena lo mira enamorada experimentando una efusión contenida de deseo, su boca emite discretos seseos que intentan con ternura sosegar la mente de Jesús. Con su larga melena enjuga las comisuras de los dedos, tarareando suavemente una dulce canción de amor. Cuando termina, no puede evitar acercarse a besar sus labios, Jesús abre los ojos recibiendo la ofrenda y responde rodeándola con sus brazos. María retira lentamente la túnica que lo cubre, levanta los brazos, y deja que Jesús descubra sus encantos.
Acostados, comparten sin recelos los placeres carnales, entregándose fogosos al pecado.
Amanece, Jesús despierta junto a la nota de Magdalena: "El martes nos disfrazamos de Marco Antonio y Cleopatra"





No hay comentarios:

Publicar un comentario