lunes, 1 de abril de 2013

Inocente caramelo.

No pares ahora, no pares. Déjame disfrutar, abandonado sobre tu sofá como un crucificado, y déjame ver como atrapas mi glande entre tus labios, niña golosa. Disfruta de mí dentro y fuera de tu boca, como cada domingo cuando juegas con la aceituna de tu Martini. Déjame cerrar los ojos. Mientras oigo chasquidos de celofán, déjame alargar el placer de la curiosidad insatisfecha. Y oler la menta, menta salvaje y picante. No te apartes ahora. Sin mirar, sin tocar, quiero adivinar por qué tanto entrechocar de dientes. Qué chupas, escandalosa, mientras araño el frío cuero del sofá. Y ahora un helor que quema desde tu boca. Lo siento arder y tiemblo. Dame tu lengua y hazla danzar en círculo. Golpea tu caramelo contra el mío. Como a ti te gusta. "Menta y eucalipto, pican tanto que hacen llorar", me dices. Pues no llores, que yo sonrío....

No hay comentarios:

Publicar un comentario