jueves, 8 de agosto de 2013

Encuentro a media noche

Eran las 12 de la noche, subimos las escaleras y empezamos a buscar nuestra habitación, mientras que la pareja que subía, se percató de nosotros. Nos miraron de manera rara. Nosotros disimulamos, llegamos a la habitación y la abrimos lo más rápido posible. Entramos, ya en la habitación, llamamos al recepcionista para  que nos trajeran algo para beber.
Ella se sentó en la cama y empezó a observar detenidamente la habitación como si estuviese imaginándose las travesuras que haríamos luego. Yo hice lo propio y me puse a su lado, ella me miro y empezó a besarme el cuello. Yo empecé acariciar sus pechos, las presionaba con fuerza y eso la excitaba más, de pronto se escuchó  la puerta. –Era el camarero –
Nos detuvimos un momento, abrí y me entrego una botella de cava bien fría. Nos servimos una copa. Ella se sentó encima de mí y empezamos a besarnos sin reparo ni control. Yo empecé a besarle el cuello, mientras mis manos agarraban sus pechos y su trasero. Al mismo tiempo ella frotaba su vagina con el grosor de mi pene erecto, que ya estaba en posición para penetrarla. Fui bajándole su vestido y así mismo mi boca también descendía hacia sus senos hinchados por el calor del deseo y esos pezones que invitaban a morderlos. Mientras lamia sus pechos, ella me quito la camiseta y también hizo lo propio. Luego se levantó un poco el vestido y mis manos agarraban y metía mis dedos en su vagina y en su trasero que ya estaban bien mojados y lubricados. Sentí su ano bien apretadito y esas nalgas que daban ganas de penetrarla. Después la subí a la mesa, le quite su tanga y empecé a chupar y lamer con mucho placer y delicia su vagina humedecida por mi sexo. Seguí lamiendo su clítoris ella empezaba a gemir descontroladamente. Introduje mis dedos y empezaba a moverlos de un lado a otro dentro de su vagina, a ella le estaba gustando. ella no pudo más, se levantó, se arrodillo, me bajo la cremallera y luego el pantalón. Empezó a lamer por encima de mi bóxer que estaba húmedo. Sin pensarlo me bajo el bóxer y empezó a chupármelo como solo lo sabe hacer una chica bien experimentada, fueron unas lamidas espectaculares, nunca nadie me había echo un sexo oral tan espectacular como ella,
después lamió de mi pene que le esperaba con su lechecita en la punta del glande. Se tomó todo mi semen, luego succiono mi pene. Realmente me hizo ver las estrellas.
Ya estaba en mi clímax, la coloque en la cama, puso sus piernas en mi hombro,  su vagina estaba  muy  apretadita. Empecé a frotarla con mi pene, golpeándola. Después introduje mi pene en su vagina y empecé a meterlo  suavemente  hasta que entro todo, ella me apretaba hacia ella sin soltarme. Así estuvimos varias horas, cambiando de posturas, hasta acabar con todo su cuerpo cubierto por mi corrida.


Ambos quedamos agotados, fue una experiencia inolvidable. Pero desde aquella vez jugamos a ser amantes….

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